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FOTOGRAfÍA DE Boda en Hort de la Vila
María & Luís | 29 Marzo del 2025

Este reportaje de boda es un ejemplo de nuestro trabajo como fotógrafos y videógrafos en L'Hort de la Vila. Puedes ver más bodas en este lugar en nuestra guía de bodas en L'Hort de la Vila, o explorar otros lugares en nuestra guía completa de masías en Valencia.

Hay bodas que te piden bajar el volumen del mundo y escuchar. La de Maria y Luis fue así: cercana, de verdad, con esa alegría tranquila de quien llega a un lugar que siempre fue suyo. Llegamos a L'Hort de la Vila con la sensación de estar en casa —familias y amigos arropando, nombres que suenan a raíz: Emma, Pablo, Loli, Vicente, Luis, Lourdes— y un recuerdo compartido para quienes ya no están, como la abuela Camelia y la tía Merce.

Su historia empezó mucho antes de este día. Se conocían del gimnasio y la piscina de Sedaví; entre series de pesas y abdominals se colaban planes pequeños: bajar al bar de la piscina a por granizados que, sin darse cuenta, se volvieron citas. A finales de 2014, lo que era amistad tomó forma de pareja. En 2017 se fueron a vivir juntos en Sedaví y, en 2019, hicieron maletas rumbo a Silla. Entre cardio, sentadillas y estiramientos, lo que de verdad entrenaron fue el corazón.

En plena pandemia se redescubrieron: fiestas Remember por videollamada, el intento de aprender bachata y muchas risas improvisando el baile nupcial. En 2020 llegó Emma, “el bitxet” que puso luz en los días raros y se convirtió en alegría para todos. Hoy la vimos cuidando de sus primos con esa energía que todo lo contagia: una pequeña campeona.

La ceremonia se abrió en valenciano con un “Bon dia a tots i totes” y un agradecimiento emocionado por conducir un día tan esperado. Hubo palabras de las que te abrigan: “l’amor és una decisió conscient… un equip que aprén, perdona i lluita per una meta en comú”. Sonó deporte y sonó vida; al final, eso son ellos: un equipo.

Llegaron los vots, y la voz de Maria tembló bonito. Recordó aquel comienzo en el que Luis bajaba a pedirle que pusiera el aire en la sala de musculación; recordó su pierna temblando en las primeras citas y los McFlurrys a deshora. Contó que no fue fácil al principio, que dudó, y que la distancia le enseñó lo que no estaba dispuesta a perder. “Gracias, cariño, por cuidarme, por ser mi apoyo incondicional, por enseñarme a quererme y a superarme… De la mano hemos creado nuestra familia: nuestra pequeña gran revolución, Emma. Te quiero, te quiero y te quiero”. Fue una declaración larga, valiente, de esas que ordenan la memoria para siempre.

Después llegó el intercambio de anillos —Emma llevándolos como solo ella podría— y las preguntas de intención. “Sí, por supuesto”, dijo Luis. “Sí, per supost”, respondió Maria. Y entonces esa frase que todos esperábamos: “Jo vos declare… A besar-se!”. El aplauso fue un abrazo colectivo.

Las palabras de los suyos hicieron el resto. Pablo, el sobrino, habló desde la adolescencia y el cariño: una tata que es también refugio, un tío que conquista retos como en el deporte y que hoy conquista alturas de vida. Lourdes, la hermana de Luis, recordó que días así son un regalo que hay que cuidar. Ana habló de lo difícil que fue el último año y de cómo Luis estuvo a su lado desde el primer al último momento, haciendo posible estar hoy aquí. Y las Chico Níguez —Blanca, Tamara y María José— trazaron a Maria con precisión de años: la reina del baile, la amiga que está, la que apunta todo, la que siempre suma, la que escucha incluso lo que no se dice. Fue un retrato coral y precioso.

En los detalles, Maria y Luis fueron muy ellos. Eligieron L’hort de la Vila para celebrar, con un estilo “muy nosotros”, sin artificios. Ella confió su look a Rebeca San Lorenzo (pelu y maquillaje) y un vestido firmado por Sara Omatos; él, a Moisés Peluqueros y a Paulino Sancho para el traje. Llegaron en coche particular, sin parafernalia, como quien llega al lugar donde le esperan. Las flores, silvestres, y la deco con A flor de piel. En la fiesta, DJ Néstor Guaita marcó el ritmo, y Davido Sax puso saxo en cóctel y, más tarde, saxo + percusión para subirlo todo. Hubo detalles de Miganda Green y “un buen sarao”, porque eso también eran: ganas de pasarlo genial.

Saxo que acaricia el aire, percusión que late en el pecho y dos miradas que se encuentran en cada compás.

Desde el cóctel con el saxo en vivo de @davidosax_cases hasta la fiesta con percusión en directo del DJ @nestorguaita, todo fue ritmo, piel de gallina y sonrisas que se quedan a vivir en la memoria. Un vídeo de planos rápidos y cómplices, de manos que se buscan y cuerpos que celebran lo que importa: la felicidad de tenerse. Así suenan las historias que valen la pena.

Sus “imprescindibles” en nuestro reportaje de boda, tanto en las fotos como en el vídeo,  estaban claros: ceremonia, banquete, momentos de regalos y, por supuesto, la fiesta. Pedían un reportaje de boda que reflejara lo bien que lo pasaron, con su hija también como protagonista. En música, entre “La quiero a morir” y “Estrellita de madrugada” estaba el mood que querían para su vídeo. Y, muy en su línea, no se obsesionaron con el número de fotos: lo importante era la calidad, un montaje ágil “como un videoclip” y un vídeo largo que les permitiera revivir cada escena sin prisas.

Nos quedamos con gestos que no necesitan guion. La risa de Maria cuando los nervios asomaban. La manera en que Luis escucha, con paciencia y humor, y cómo ambos aterrizan las cosas: desayunos en familia, parquecito con Emma, mimos sencillos que, juntos, levantan una casa. Que hayan atravesado una DANA y se hayan vuelto a levantar —como contaron— lo dice todo de su forma de quererse: esfuerzo, equipo, y una ternura que no compite con nada.

Si buscas “qué fue lo más importante” para ellos, la respuesta es clara: estar juntos y felices, seguir sumando momentos, y que el vídeo cuente eso con verdad. Por eso, este reportaje de fotografía y vídeo no posa: acompaña. Habla del aire fresquito de una sala de musculación que abrió un camino, de una pierna que temblaba porque el amor a veces tiembla, de McFlurrys de madrugada, de Emma corriendo entre sillas, de promesas dichas con la voz firme y los ojos brillando. Habla de familia: de quienes aplauden, de quienes abrazan y de quienes cuidan desde un lugar privilegiado.

La historia de Luis y María es la prueba de que el amor verdadero se celebra en los pequeños grandes gestos.

En el precioso entorno de Hort de la Vila, rodeados de su familia y amigos, dijeron “sí” con una ceremonia simbólica llena de emoción.

Desde el momento en que su hija Emma les entregó los anillos, hasta los votos que nos hicieron llorar… cada detalle fue único. Un vídeo que te hará creer en las historias reales de amor, capturado por el equipo de Va de Novias.

Al salir, alguien dijo que la felicidad también es esto: un equipo que se elige cada día. Maria y Luis, con Emma de la mano, nos lo enseñaron sin discursos grandilocuentes: con baile, con saxos, con flores silvestres y con una certeza sencilla. Lo que empezó entre granizados hoy es hogar. Y nosotros estuvimos ahí para contarlo, con imágenes y vídeo que, ojalá, les devuelvan siempre a este mismo lugar.

Un abrazo,
Israel — Va de Novias

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