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DIARIO DE BODA

YANG & RUBÉN / Huerto de Santa María / 16 Nov 2019
*Para una mejor experiencia ver nuestros reportajes desde un ordenador, hay muchas fotografías que no se ven desde el movil

NUESTRA HISTORIA

Todo empezó en los bancos del Mediterráneo, mi colegio de la infancia y lugar que tenía de encuentro con mis amigas donde pasamos infinitas tardes de nuestra juventud. En una de esas tardes pasaba Rubén con su coche y me vio, de alguna manera consiguió mi número de teléfono y empezó a hacerme perdidas con el móvil, lo normal en aquella época hace ya más de 12 años… De las llamadas perdidas pasamos a los SMS, y de los SMS a nuestras primeras citas, una cosa llevó a la otra, y lo que empezó siendo un rollo acabó convirtiéndose en una relación de 12 años y ¡en bodorrio!

Nunca nos hubiéramos imaginado que nos iba a emocionar tanto preparar nuestra boda. La verdad que ninguno de los dos habíamos soñado con hacerlo por todo lo alto, incluso nuestra primera intención era hacer algo muy discreto y familiar, pero a medida que nos hacíamos a la idea y les decíamos a nuestros familiares y amig@s que nos casábamos la emoción iba en aumento, y crecía más todavía cuando empezamos con los preparativos…


 

PREPARATIVOS DE LA BODA

Supongo que, como todos los novi@s, al principio tienes la sensación de estar perdido, no saber por dónde o cómo empezar…los preparativos de la boda eran todo un mundo nuevo por descubrir. Buscar el salón de la boda fue nuestro punto de partida y lo que nos hizo empezar a imaginar cómo sería. Visitamos varios salones, y el momento que llegamos a la Finca del Huerto de Santa María, nos miramos y supimos casi al instante que ese iba a ser nuestro lugar. Lo elegimos no sólo por lo maravilloso del lugar, sino porque también nos atendieron con mucha amabilidad y familiaridad, además de transmitirnos confianza y seguridad.

Y a partir de ese momento, todo empezó a rodar. Tenemos que agradecer a nuestras familias por el gran apoyo que tuvimos, pues se volcaron en pleno con la boda y nos pedían colaborar en lo que pudieran. Mi suegra y mis cuñadas encantadas de preparar el photocall y la mesa de dulces, mis hermanas y sobrinas con los detalles de boda pasaron una tarde super divertida vistiendo 300 tarros de miel con telas para recortar, etiquetas para troquelar y cuñar, y finalmente atarlas a los botes, además de preparar las bolsas de arroz. Fueron 4 horas trabajando en cadena, ¡todo un trabajo en equipo!

 

A los niñ@s les regalamos calcetines de UO estudio creativo, y esto tiene un sentido en la pedida, así aprovecho para contarla…era la madrugada de Navidad, llegábamos a casa después de haber pasado una Nochebuena en casa de mis padres, y Rubén me dijo que había un regalo en el árbol de Navidad, yo le dije que mejor abrirlos al día siguiente (y aquí indico que habíamos dicho de regalarnos algo que necesitáramos y él me pidió unos calcetines, pero yo los tenía en mi armario sin envolver todavía), insistió y cedí. En el árbol había una bolsa, saqué otra bolsa de una joyería donde estaba escrito Rubén y por un segundo pensé “se ha comprado un reloj a sí mismo”, y cuando abrí la bolsa de la joyería saqué una cajita y, en ese momento lo sospeché, Rubén me cogió rápidamente la cajita, se arrodilló y me dijo si quería casarme con él, yo empecé a llorar y entre balbuceos le dije que sí. Él me regaló el anillo y yo unos calcetines… 

Y no puedo olvidarme de mencionar, las tardes que pasé con mi madre y mis hermanas buscando el vestido de novia, visitamos media Valencia y a mí no me convencía ningún vestido. Prueba tras prueba, también me acompañaron mis amigas, otras veces fui sola, hasta que un día vi un vestido en la página web de Manu García, decidí ir a probármelo y como no tenía mucha esperanza, al salir de trabajar fui yo sola a la tienda. Al entrar me atendió María que me enseñó el catálogo, pero ella notó que yo ya tenía claro a lo que iba, le dije que quería probarme un vestido que había visto, pero ella me dijo que eligiera otros de paso. Elegí unos tres o cuatro y allá fui a probármelo, y la verdad, que yo era escéptica del pensamiento que hay un vestido para cada una, pero en ese momento me pasó. Me probé el vestido y supe que iba a ser ese, y eso que me venía enorme, no tenía la forma ni nada, pero algo de mí lo supo y acerté. Volvería una y mil veces, ya no solo por la calidad de los vestidos sino porque también tuve la suerte que el personal era excepcional, muy cercanos y atentos en cada detalle.

 

MOMENTOS PREVIOS A LA BODA:

Sorprendentemente, la noche anterior a la boda no tuve problemas en conciliar el sueño, aun no durmiendo en mi cama, e incluso me desperté con la alarma del despertador. Pasé la noche en casa de mis padres, y lo recuerdo con mucho cariño, cinco años hacía que me fui y me vino la nostalgia del tiempo que viví con mi familia…pero eso ya es otra historia. Me levanté esa mañana, con el cosquilleo de nervios en mi tripa, pero a la vez estaba bastante calmada por fuera, desayuné con mi hermana Lidia y casi no me dio tiempo a limpiarme la cara, cuando ya estaban en el salón Israel y Virginia de Valencia Estilista. Y así empezamos la mañana de peluquería y maquillaje con mi madre y mis hermanas, Israel amenizándonos el momento e intentando quitarnos los nervios. Más tarde, llegaron mis amigos de Escocia, Inglaterra y Francia que me vieron como me estaban maquillando y la verdad que estaba bastante serena, realmente me propuse disfrutar del momento y no perderme entre los nervios, ya nada podía hacer sino disfrutar.

Pasamos una mañana tan tranquila, que el tiempo se nos echó encima, y empezó un poco más el ajetreo, teníamos que empezar a vestirnos y todavía faltaba algún maquillaje, pero bueno al final todo sale y sin darme cuenta ya estaba vestida con la ayuda de mi madre y hermana Ana, y es en ese momento cuando empiezas a emocionarte, aunque ya no sabía si estaban ellas más nerviosas que yo, luego llegó mi padre le di un abrazo, salí de la habitación y me encontré a mi hermana Carol, nos sonreímos, ya estábamos preparadas y bajé por las escaleras hacia el salón, que para mi sorpresa estaba repleta de mi gente, mis amigas, mis familiares, fue un subidón que me duro para todo el día y todavía se me ponen los pelos de punta al recordarlo. Mis amigas, tan detallistas como siempre, tenían preparada una sorpresita con un marco de fotos, me emocioné muchísimo y me puse a llorar…ya no aguantaba más la presión, eran muchos sentimientos entremezclados.

Maquillaje de novia de yang Yang

 

Y mientras esperamos para salir hacia la ceremonia, hicimos una pequeña sesión de fotos con mi familia al aire libre, el día era espléndido, habíamos pasado unas semanas de lluvias, pero parecía que ese día el sol se hubiera aliado con nosotros y brillaba como nunca, o eso me pareció a mí. En ese momento llegó mi amiga Alba con su marido Santi que había hecho el esfuerzo de venir, pues justo dos días antes le habían operado, pero ahí estaba con una sonrisa de oreja a oreja y preparados para llevarnos a mi padre y a mí a la ceremonia. Creo que ese trayecto fue uno de los momentos de más tensión, además recuerdo ver a mi padre suspirar y sentía que no era la única que estaba nerviosa, nos hicimos unos selfies para distraernos, pero no recuerdo las conversaciones que tuvimos.

El momento que llegamos a la entrada de la ceremonia sientes como el corazón se te paraliza, te dices a ti misma: “¡ya ha llegado el día!”, echas la vista hacia atrás, todos estos meses de preparativos y te convences a ti misma que vas a disfrutar de cada minuto del día. Desde el coche recuerdo ver a Rubén y su madre preparándose para entrar, a los sobrinos jugando y tirándose por el césped, la música de fondo y ya te das cuenta que el día no ha hecho más que empezar.

 

CEREMONIA DE LA BODA

Sin duda, uno de los momentos más emotivos fue la ceremonia. Estaba expectante de encontrarme con Rubén, habían pasado menos de 24 horas desde que nos vimos, pero sentía como si hubiera pasado una eternidad. Salí del coche con una gran sonrisa, no podía estar más feliz ¡nos íbamos a casar ya! y toda nuestra familia y amig@s habían venido. La sonrisa me duró poco, en cuanto empezó a sonar la música, me cogí del brazo de mi padre, empezamos a caminar hacia el invernadero e inevitablemente me salían las lágrimas, eso sí eran lágrimas de felicidad. No sabría describir la emoción que sientes al entrar, al ver a toda la gente que quieres transmitiéndonos su cariño y alegría, mirar hacía al frente, ver a Rubén paralizado, no se le movía ni un pelo, llegar junto a él, abrazarnos y mirarnos, son momentos únicos que se nos quedaran grabados para siempre.

Tuvimos una ceremonia muy divertida y emotiva, fue una mezcla de sentimientos donde pasábamos de la risa al lloro en segundos. La parte más emotiva fueron las palabras que nos dedicaron nuestros testigos Clara y Alfonso en representación de todos nuestros amig@s y las de nuestras hermanas Carol y Marta en representación de nuestras familias, fueron palabras que nos llegaron a lo más profundo de nuestro corazón, nos sentimos muy queridos y nos hicieron rememorar momentos del pasado, sabemos que hicieron un gran esfuerzo porque no es fácil hablar en público y menos en esa situación de grandes emociones. Además, nos pilló por sorpresa y nos hizo mucha ilusión el cuadro que nos hicieron Clara y Alfonso con nuestro retrato vestidos de novios con todo detalle.

 

Como anécdota de la ceremonia, nos quedamos con mi padre levantándose en mitad de la ceremonia, hablando por teléfono porque había un invitado que no sabía por dónde se entraba y le estaba indicando a través de la cristalera, estaba tan nervioso que ahora se lo decimos y dice que no recuerda que hubiese hablado alto o se hubiera parado la ceremonia. Y en el sí quiero, cuando le tenía que poner el anillo a Rubén, y tras empujar varias veces el anillo se lo tuve que dejar a mitad dedo porque no le cabía ya que todos estaban esperando al beso del ¡SÍ QUIERO!

Rubén estuvo durante toda la ceremonia bastante nervioso, yo creo que no fue hasta la salida de la ceremonia cuando empezó a liberar tensiones, salimos cogidos de la mano y cuando empezaron a tirarnos arroz, se soltó y abrió los brazos de par en par con una sonrisa radiante, fue en ese momento cuando empezó a ser él y a disfrutar del día, dejando atrás toda la tensión acumulada. Besamos y abrazamos a toda nuestra gente y ese momento fue el punto de inflexión porque ahora era cuando empezaba la marcha…

 

COCKTAIL Y BANQUETE

En el cocktail nos escapamos para hacernos unas fotos en el invernadero y de paso intentamos ensayar un poco el baile, pero no nos salió muy bien por lo que acabamos dando vueltas, yo subida en brazos de Rubén. Seguramente Israel no olvide lo mal que se nos daba posar delante de la cámara y lo que le costó que nos saliera unas fotos chulas, incluso tuvo que castigar a Rubén de espaldas… quizás el castigo surgió efecto y al salir del invernadero Rubén se envalentono y me dio una vuelta, me tumbó y me dio un beso, también me subió en sus espaldas…y de ahí nos fuimos directos al cocktail, no probamos ni bocado, pero pasamos un buen rato con tod@s.

Al banquete entramos bailando improvisadamente al ritmo de la canción “Happy”, y fue un subidón total ver a toda la gente en pie, aplaudiendo, sonriendo, nos transmitieron su entusiasmo desde el primer momento hasta el final de la boda. Recordamos el banquete lleno de sorpresas inesperadas que nos emocionaron, nos prepararon dos vídeos nuestras familias, uno era un bonito recopilatorio de fotos y otro era un corto muy original para hacernos llegar una caja de madera con sus regalos, también entraron mis amigas con huchas de cerdo que tuvimos que romper para ver lo que tenían, además de su regalo habían metido arroz, purpurina, azúcar, confeti, céntimos etc. (al día siguiente nos acordamos de ellas cuando tuvimos que limpiar todo), una amiga nos cantó Jotas, el tío de Rubén rancheras… Nosotros también tuvimos nuestra parte de regalos, entregamos un ramo de flores a nuestras madres y mi ramo lo dividí en dos para dárselo a mis amigas Miriam y Miry, que para nada se lo esperaban, pero ahora ya saben que son las siguientes. ¡Queremos más bodas y más marcha!

1.- Video de boda de Yang Yang & Rubén en el Huerto de Santa María

 

No sabría decir que fue lo más emotivo porque todo lo fue, y todos estaban tan animados que recuerdo estar poco en la mesa nupcial, no sólo nosotros sino también nuestros padres. Incluso me escapé fuera con mis hermanas y mi sobrina y nos hicimos unas fotos muy divertidas corriendo y saltando en el césped. La verdad que todo estuvo muy bien organizado por parte del Huerto de Santa María, el sitio era espectacular, no necesitamos poner muchos detalles porque el lugar ya tenía su propio encanto (incluso nos recomendaron que no era necesario cargarlo demasiado), todo el mundo comió genial y estuvieron muy cómodos. Tan bien estábamos que no nos dimos cuenta que ya estaba anocheciendo y nos teníamos que ir hacia las barracas para continuar la fiesta.

 

BAILE, FIESTA Y PHOTOCALL

Estábamos llegando a uno de los momentos finales y que más ganas teníamos, el famoso “baile”. Nos hacía mucha ilusión sorprenderles con un baile porque ninguno de los dos sabíamos bailar, así que nadie sabía lo que íbamos a hacer, excepto mi hermana pequeña. Nos apuntamos a clases de bachata y nuestra profesora nos preparó la coreografía, fueron 6 meses para aprender los pasos básicos, preparar y aprendernos la coreografía y ensayar, ensayar y ensayar en el salón de casa. También tuvimos pequeños contratiempos, al acercarse la fecha y empezar con las pruebas de vestido, me di cuenta que algunos pasos no podíamos hacerlos y tuvimos que hacer cambios en el último momento. E incluso arreglos de última hora el mismo día de la boda, antes de ir hacia las barracas, tuvimos que coger la cola del vestido y engancharlo con imperdibles para que no arrastrara por el suelo.

Por fin llegó el momento tan esperado, ya estábamos de camino hacia las barracas y nos mirábamos con risa nerviosa sin saber muy bien lo que iba a salir, tras tantos ensayos sería una pena quedarnos en blanco, tropezarnos y caernos, o vete a saber que podría pasar. Llegamos y tan apenas tuvimos tiempo de mirar a nuestro alrededor cuando empezó a sonar la canción y nos evadimos de todo, bailamos como si estuviéramos en el salón de casa, no nos salió perfecta porque nos equivocamos en algunas partes, pero improvisamos y lo disimulamos, y la verdad que fue emocionante vernos rodeados y animándonos, terminamos el baile sanos y salvos. Cuando al día siguiente Israel nos envió el video del baile ¡alucinamos¡, parecía sacado de una película.

Bailando una bachata


Como colofón a la fiesta, tuvimos el photocall que fue un gran éxito. Todos querían entrar para hacerse fotos con pelucas, gafas, todo lo que pudieran coger. Nos encantó la idea del photocall porque encontramos fotos super divertidas y únicas, todos mezclándose no importaba con quien la cuestión era salir en la foto, nos pegaron sus fotos en un álbum, nos escribieron dedicatorias y además podían sacar las copias que quisieran para quedárselas de recuerdo.

CONCLUSIONES

Escribiendo este post y mirando las fotos de la boda nos han vuelto a transportar a ese maravilloso día que parece sacado de un sueño, nos ha hecho revivir cada momento y nos ha recorrido una gran nostalgia, sobre todo en estos tiempos, donde un simple abrazo, beso o mirada lo son todo. Lo más increíble de la boda que tuvimos fue la gente, su alegría, entusiasmo y energía inagotable durante todo el día, ver diferentes culturas entremezcladas como si se conocieran de toda la vida, incluso sin hablar el mismo idioma, y la felicidad que se desprendía de cada uno de ell@s. No tenemos palabras para agradecerles el espectacular día que pasamos junto a ell@s, y que superaron, sin ninguna duda, todas nuestras expectativas.

Siempre estaremos agradecidos a Video Boda por el excelente trabajo y de gran profesionalidad, y en especial a Israel porque empezó siendo nuestro fotógrafo y acabó convirtiéndose en un amigo. Aun recordamos el primer día que nos reunimos con Israel, estuvimos más de dos horas hablando, y desde el primer momento fue como si nos conociéramos de antes, nos transmitió la gran pasión que tiene por su trabajo, y nos aconsejó de muchos aspectos de la boda que nosotros ni habíamos pensado, pequeños detalles desapercibidos, pero de gran valor. Y cuánta razón tiene, son momentos únicos que nunca volverán pero que se nos quedarán grabados para siempre en nuestro recuerdo.

 

Photocall para bodas, fotografiado por profesionales


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