Ambos se prepararon en la propia masia, cada cual en una de sus alas, para luego encontrarse en los jardines exteriores. Allí, bajo la sombra de dos grandes arboles, arropados por familia y amigos, comenzó la ceremonia. En ella pudieron escuchar las frases tan sentidas que les quisieron dirigir sus allegados. Fue una ceremonia muy emocionante y familiar.
El día acompañó, les salió buenísimo, con un cielo limpio de postal y un sol a plena potencia que quemaba los ojos. Si, hacía un poco de calor, pero si te casas en julio es lo que hay. Nada que objetar al respecto. Eso sí, tras la ceremonia los amigos, posiblemente llevados por la emoción del momento, decidieron lanzar una traca en el perímetro del recinto. Ni que decir tiene que aquello si que fue osado, el campo se cogió a humear y, si no llega a ser por la rápida actuación del staff de Les Casotes, la boda hubiera acabado "on fire"
Afortunadamente, todo quedó en un susto y pudimos disfrutar del cóctel que tuvo lugar en el patio interior. Este recinto de gran amplitud y abierto al cielo, dispone de distintos espacios resguardados del sol y, sobre todo, un impresionante balcón sobre el barranco con vistas de los campos y montañas. Aquí la fiesta comenzó a animarse, los diversos grupos que los novios reunieron para el evento venían al mismo con ganas de divertirse, y vaya si lo hicieron. Pero no adelantemos acontecimientos, antes quiero hablaros un poco de los novios:
Ana es una chica muy risueña y divertida. Entre sus hobbys destaca el fútbol, deporte que practica. Las amigas del equipo la llaman la "Xula", apodo que sin duda esconde alguna anécdota graciosa.
Jose aún es más extrovertido si cabe, y se nota que le encanta rodearse de gente. Es un apasionado de la música y esto es algo que los une a los dos. De hecho se conocieron justamente porque tocaban en la banda de Betxí.
Se les nota una pareja muy compenetrada, con una gran complicidad, y eso es mucho decir para una pareja en la que él es del Barça y ella del Valencia, en serio, me quito el sombrero.
El caso es que está pareja posee un magnetismo único para atraer a la gente. Y no a cualquier tipo de gente, me refiero a personas divertidas y con ganas de fiesta. En esta boda se creó una química especial, muchas risas y jolgorio, grupos de amigos de diferentes ámbitos que se reunían por primera vez gracias a la celebración de este acontecimiento (los amigos y amigas de toda la vida, los de la xaranga, las 6ever, las compis del equipo, los de la banda de música,...). Un caos si, pero superdivertido.
En determinados momentos no sabría decir si estábamos trabajando, estábamos de fiesta discutiendo con colegas, si cubriamos el reportaje de una boda o las campanadas de fin de año en pleno centro de NY...
El videoconfesionario, por poner un ejemplo, se nos fue de las manos. Incontrolable, desbocado... A ver quién era el listo que intentaba poner orden ahí.
Tanto los padres de Meneu (Ana y Rafa), como los padres de Ana (Rosa y Batiste) fueron un encanto. Y no se quedaron atrás en ganas de fiesta. Tras el banquete azuzaron a la gente para que bailará. Incluso Rafa, que nos engañó diciéndonos que iba a hacer como si tocaba, resultó ser músico (ya sabía yo que era algo genético) y tocó la trompeta?? junto a su hijo...
Al final de todo, me quedo con la sensación de que fue una boda muy divertida, con muchas risas y buen rollo. Una boda que, además, estuvo muy marcada por la música y las buenas vibraciones. Esas que se trasmiten en todas las fotos y vídeos del reportaje y que, habitualmente, la gente suele calificar con la palabra "alegría".
Gracias por la experiencia chicos!!